sábado, 30 de diciembre de 2017

El toque Mactas: "Tratarnos bien"

Qué pasaría si probamos con los buenos modales, con dejar de interpelarnos del mal modo y -sin reverencias ni exageraciones- empezamos a ser amables.

Imagen tn.com.ar

“Vean ustedes, porque tal vez merezca la pena perder tres minutos. Los conflictos y los inconvenientes, las diferencias, la grieta -casi una presencia persistente, como en cierto poema un perro fiel pero importuno- no tienen, estoy seguro, el modo horrible en que aquí nos tratamos unos a otros.

El modo local de relacionarse, desde una pregunta mínima sin respuesta hasta el empujón callejero y la posibilidad de que alguien abra la puerta del coche, baje y le pegue un tiro a otro por una discusión trivial, desde hace mucho es un modo de vivir. Nos tratamos con encono, con desprecio, con la mentira llevada al arte: “Dejá, yo me ocupo”

Ocurre, pierdan los tres minutos de arriba, que si no conseguimos tratarnos bien, no hay destino. No se trata de un manual de buenas costumbres y maneras, en serio. Se ha probado cambiar de talante con resultados transformadores. Durante la segunda presidencia de François Mitterrand en Francia, se implementó -poco menos como una política de Estado- la amabilidad, cambiar. 

Ser en adelante amable y cordial, en lugar de los ladridos de los porteros que cierran el paso y sueltan un interrogatorio de abuso y poder descompuesto, de los llamados sin contestar, de las miradas hostiles, de los saludos ignorados, de las gracias sin “de nada”

Lo he propuesto con amigos, tipos inteligentes, sensibles, capaces de darse cuenta acerca de cómo ocurren las cosas, algunos en funciones y capacidad de obrar. No era la lámpara iluminadora de la inteligencia, sino una cuestión esencial y sencilla pero sin la cual la colmena humana se transforma en zumbido y confusión. 

No se trata de que todo el mundo piense lo mismo, nada que ver. Se trata -con urgencia- de tratarse bien. Camino para mejorar la salud de los vínculos de afecto, de un mejor comercio, de un turismo, de echarle vitaminas al optimismo. Sin reverencias ni exageraciones grotescas. Sólo tratarnos bien. Es una decisión: lo hacemos o nos ponemos a jugar a la destrucción.”


Por Mario Mactas
(Periodista y escritor argentino)


jueves, 17 de agosto de 2017

Reflexión de viernes



Hace unos días he leído en una nota que a la actriz Blake Lively le molesta que le adjetiven como “perfecta”. Que su vida es “perfecta”, que tiene un matrimonio “perfecto”, que sus piernas son “perfectas”. Todo lo que le rodea es “perfecto”

Con este adjetivo me sucede lo mismo que con “moderno”: me resultan “rancios”, por decir antiguos. En un momento de las comunicaciones, en el que todo el mundo quiere mostrarse “imperfecto”, las selfies “a cara lavada”, fotografías de modelos de mujeres “reales” o mejor dicho que no han usado el Photoshop, todavía leo publicaciones en Internet en las que se anuncia que te pueden convertir en el “Orador perfecto” o “Aprende a ser (lo que quieras) perfecto”

Todos somos imperfectos pero debemos orientar nuestra vida a la perfección, como un llamado interior que nos permita elevarnos espiritualmente y no como una estereotipación física. Por nuestro bien y por el de todos los que nos rodean.




Por Edith Pardo San Martín


lunes, 8 de mayo de 2017

Anna Wintour y el respeto por las máximas básicas de educación



El viernes 5 de mayo la Reina Isabel II ha distinguido a la directora de Vogue USA, como Dama del Imperio Británico en una ceremonia celebrada en el Palacio de Buckingham.

La noticia ha sido publicada en los principales medios escritos del mundo y, en algunos ha sido titulada como “La reina Isabel II lo logró: Anna Wintour se quitó las gafas”. Título errado pues la reina “no logró nada” y la condecorada ha demostrado, a pesar de su fama de tirana, ser una persona educada y respetuosa.

En general, cuando se hace referencia a la imagen de una persona se tiende a visualizar únicamente la vestimenta y complementos. Cierto es que la forma de vestir es un canal de comunicación que brinda gran cantidad de información. Sin embargo, ese es sólo un aspecto de nuestra comunicación.

Las personas somos un todo: cuerpo, alma y mente unidos en el mismo “envase”. Cómo y cuándo hablamos, relacionarnos con las personas de manera empática y asertiva, ser prudentes ante comentarios que nos desagradan, son algunos de los aspectos que –en ocasiones- no son destacados o valorados.

Ser educado y respetuoso de las normas de convivencia son los dos principios fundamentales que se aprenden en el hogar. Y así quedó demostrado por la señora Wintour: se quitó las gafas de sol al ingresar al palacio y se las ha vuelto a colocar en el exterior, tal y como muestran las siguientes fotografías.



Muchas veces se ha escuchado “las reglas han sido creadas para ser evitadas”. No, las reglas han sido creadas para ser respetadas por nuestro propio bien y por el de los demás.


Por Edith Pardo San Martín

(Fotografías: Vogue.es)