martes, 26 de enero de 2010

El problema de los signos, de los símbolos y sus significados

por el Dr. Miguel Ángel Mirabella

En el orden intelectual decimos “dime como hablas y te diré como piensas” y en el orden afectivo decimos “dime cuanto bien le deseas y te diré cuanto lo amas”. Sucede que en la vida de las personas como en la vida de los pueblos, se entrelazan los afectos y los pensamientos, hasta constituir una vivencia espiritual que exige conocer todas sus limitaciones y amar todas sus virtudes. 

Sin embargo, existe un escenario natural y humano, una verdadera herencia cultural que se instala en la memoria personal y en la conciencia histórica de los pueblos, que les hace imposible negociar los afectos y los pensamientos por separado. Se ama la totalidad, a pesar de todo y se critica todo sin dejar de amarlo. 

Por esta razón, para representar lo impensable e identificar el pasado hacen su furtiva aparición los signos, los símbolos y sus significados. Cuando se trata de signos, decimos que guardan relación directa con lo signado. Como el humo es signo de fuego, el signo adelanta el peligro en su mensaje. De este modo, los signos naturales sólo indican el suceso, no el fin que el suceso tiene y por eso, los signos naturales son ajenos a los símbolos, porque siempre indican pero no significan. 

En cambio los signos intencionales son conscientes manifestaciones intelectuales o afectivas que indican lo que sucede y significan lo que pretenden. Esos signos son signos significativos, distintos de los símbolos, porque van unidos a lo significado. Tal sucede con los términos de un idioma o con una obra de arte en su estructura sensible.Sucede algo distinto con los símbolos, término de uso latino y de origen griego que indica el acto de vincular lo que es distinto para hacerlo coincidir. 

Los símbolos siempre significan porque están en lugar de algo para ser su equivalente y por eso se distinguen de lo simbolizado, tengan o no relaciones intelectuales o afectiva con él. Porque sólo se distinguen, los símbolos no se separan de lo simbolizado, ni en lo intelectual ni en lo afectivo. Por esta razón, el lenguaje simbólico es críptico y cerrado, dice más de lo que expone y expone menos de lo que dice. Si es sensible se lo mira para ver la profundidad que oculta y si es intelectual se lo describe para evitar encerrarlo en la definición. 

Estos anuncios sirven para orientar el análisis de los signos y de los símbolos significativos de una Nación o de un Estado, tomando en cuenta las grandes diferencias entre la Nación, como el medio social cultural y el Estado, como la sociedad civil institucionalizada. Este es, también, el punto de divergencia que produce el término patriotismo, porque su valor y sentido depende de lo que se predica y de quien se lo predique. Para quienes confunden los términos Nación y Estado, el patriotismo es un sentimiento en favor del Estado o la Nación, términos que representan los valores institucionales de la sociedad civil, su forma de gobierno, su constitución o su pertenencia a coaliciones políticas superiores. 

Para quienes ambos términos, el patriotismo pertenece a la Nación, como el presente histórico de la Patria y sus símbolos serán válidos si representan la herencia cultural de un pueblo, su identidad original y sus valores espirituales. Para quienes sin separar ni confundir, el patriotismo pertenece a la Nación, reconociendo que el sostén de su identidad le corresponde al Estado o a los Estados que la constituyen y la integran. 

En este sentido, para esta parte del mundo, la Nación sería Iberoamérica, temporal y accidentalmente dividida en diversos Estados y el patriotismo resulta ser un término comprometido con ambos. Advertida la diversidad, decimos que los signos de patriotismo y los símbolos patrios tienen distinto valor y significado, según sean el criterio aceptado. Así por ejemplo, la sacralización y culto místico a los símbolos son patrimonio casi exclusivo del Estado-Nación, modelo laico temporal de convivencia ciudadana, alcanzada por medio de un contrato, constitución o cosa semejante. Se trata de una creación ciudadana que se proclama soberana, en una fecha determinada y en un ámbito geográfico definido. 

En este caso los símbolos son del Estado y el patriotismo es un signo de adhesión y defensa de sus instituciones. La nacionalidad separada del Estado, puede proclamar identidad racial, étnica, religiosa o todas a la vez. Sus miembros guardan los signos en la intimidad que los reúne y los ponen de manifiesto en los hábitos y costumbres, en las vestimentas festivas, en la custodia del idioma y en la religiosidad. Separados de todos los demás, podrán tener o no un ámbito territorial de soberanía, pero todos son iniciados en esta fidelidad a los signos que se corresponde con el patriotismo o con el amor a sus ancestros. 

La opción de la Nación, distinta pero no separada del Estado, tiene una profunda trayectoria histórica, en la cual se reúne la herencia física de la tierra que los padres habitaron y la herencia espiritual que los fue identificando a través del tiempo. En esta opción, el patriotismo se identifica con la Nación y se canaliza en el fortalecimiento de las instituciones del Estado, como institución que esta para servirla y defenderla. Resulta evidente que el significado y valor de los signos y de los símbolos resultan distintos en las tres opciones. A veces el Estado pretende adueñarse de los títulos de la Nación, a veces la Nación sobrevive sin pertenencia política y a veces, la pertenencia política de la Nación sigue siendo parcial, condicional, histórica y circunstancial. 

Reconocidas estas distinciones, podemos definir el valor y significado de los signos y de los símbolos en general. Si decimos que guardan relación de naturaleza con lo signado, los signos naturales o intencionales referidos a la vida comunitaria pertenecen a las personas, demuestran aceptación y pertenencia política y cultural y merecen ser objeto de formación e información escolar. 

Algunos signos de patriotismo son el respeto a la herencia histórica de la Patria, el respeto a los valores espirituales que mantienen su identidad y también el respecto a las instituciones jurídicas y políticas del Estado. Si decimos que los símbolos guardan relación analógica con lo simbolizado, los símbolos patrios pertenecen a la comunidad, están en lugar del patrimonio cultural de un pueblo y deben ser usados en determinados tiempos y lugares que protejan su simbología y reconozcan el valor que los dignifica. 

La escarapela, por ejemplo, es un signo personal de identidad y significa el deseo de pertenencia patriótica. En cambio, la bandera es un símbolo comunitario de identidad, significa la encarnación espiritual en la dimensión sensible de un pueblo. La bandera puede pertenecer a un Estado o a un conjunto de Estados confederados, pero apoya todo su valor en la Nación, como presente histórico de la Patria. La bandera simboliza la identidad cultural en el tiempo, la trayectoria histórica de un pueblo y la forma más simple de mostrarse distinto, sin necesidad de ser opuesto. Sólo resta señalar el problema que representan los signos particulares incorporados a los símbolos.

En estos casos, lo agregado es un apósito que oscurece y adultera la universalidad del símbolo, cuyo valor es estar en lugar de lo significado, sin comprometerse con los signos intencionales de personas o de grupos. En verdad, esta forma de adulterar los símbolos patrios, con signos significativos de una parcialidad, de una ideología o de un determinado momento político, es un delito que debería ser sancionado jurídicamente, aunque de hecho la mayor sanción es su olvido histórico. 

El signo significativo es un sello pegado, con violencia, sobre el pasivo reposo de los símbolos, adultera su universalidad y su función y los convierte en motivo de repudio de unos o de otros. Esta es la gravedad que reviste el mal uso de los símbolos, porque adultera lo simbolizado con la violencia del sello y reduce su original universalidad. La nómina es múltiple y diversa, puede ser la hoz y el martillo, la cruz esvástica, los fusiles cruzados o la imagen idealizada de un supuesto defensor de los desamparados.

Curriculum vitae del autor
Profesor titular ordinario de Antropología, Doctrina Social y Ética Profesional en la Universidad Católica Argentina.
Ha sido profesor de la Universidad de Buenos Aires, Universidad Nacional de Lomas de Zamora, Universidad del Salvador y Universidad del Norte Santo Tomás de Aquino.
Miembro de la Sociedad Interamericana de Filosofía y de la Sociedad Católica Argentina de Filosofía.
Ha dictado cursos y conferencias sobre temas de su especialidad, en el país y en el extranjero.
Ha publicado algunos libros y numerosos artículos referidos a temas de interés académico. Entre otros:
Fundamento de Ciencia Social y Política.
Mundo natural y mundo humano.
Integración cultural Iberoamericana.
Fundamentos de Filosofía Económica.

Palabras del Dr. Felio Vilarrubias Solanes sobre el Emb. Jorge Blanco Villalta

“Felicitación que me honro en elevar al Excmo. Sr. Embajador Jorge G. Blanco Villalta, brillante y profundo historiador y maestro de los maestros en estas disciplinas, que, con su ciencia y saber, ha elevado a Tesis Filosófica, y más aún, a una ciencia humanística que, en su buen hacer, es una estampa viva del saber clásico de todos los tiempos. Su obra “El Ceremonial”, en su cuarta edición, es sin duda el mejor tratado universal que se ha editado, y camino sereno y sólido para cuantos queremos, humildemente, seguir sus enseñanzas, ejemplo y magisterio. A mi amigo el embajador, mis respetos, estima y gratitud”.
(Palabras pronunciadas por el Profesor D. Felio A. Vilarrubias en el discurso de apertura del Foro Iberoamericano de Ceremonial y Relaciones Publicas, realizado en Buenos Aires, en 1998.)

Recordando al Embajador Jorge Gastón Blanco Villalta

19.02.1909 - 20.02.2003
Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de la República Argentina, escritor, historiador y tratadista de ceremonial. Hijo del Dr. Jorge Blanco Villalta, médico, escultor y Cónsul General argentino. Este ha sido reconocido como el precursor de un arte escultórico de raigambre argentina (José León Pagano) "El Arte de los argentinos". Acompañó a su padre en sus distintos destinos, Grecia, México, Noruega, Hungría, Turquía y España. En Estambul, sede del Consulado General, el joven Blanco Villalta fue designado vicecónsul por decreto suscripto por el Presidente General Agustín P. Justo, y el Canciller Carlos Saavedra Lamas y estuvo a cargo del Consulado General de esa ciudad.
En estos datos personales tiene eminente lugar la cordial relación con el Arzobispo de los Católicos de Turquía, Mons. Angelo Roncalli, que luego sería uno de los más eminentes Pontífices: Juan XXIII. El Arzobispo, que hablaba español, frecuentaba el Consulado General argentino con asiduidad, donde se encontraba como en familia y acostumbraba hacer largos paseos por las colinas que bordean el Bósforo con el joven Vicecónsul del que fue como un maestro. El pensamiento del Arzobispo tenía una orientación incesante: el retorno a Jesús. Tuvo la bondad de bendecir en la Catedral de Saint Esprit el casamiento de su hermana Selva María, el 25 de julio de 1935.
La otra persona que marcó el destino de Blanco Villalta fue Kemal Atatürk, el constructor de la nueva Turquía, a quien trató en repetidas oportunidades y que dio tema a la biografía que publicó en 1943, poco después de la muerte del gran ciudadano.
Cursó estudios secundarios en México y de especialización en ciencias políticas en Oslo, Budapest y Estambul.
Designado su padre Cónsul General en España, con sede en Barcelona, en 1935, lo acompañó durante varios meses antes de dirigirse a Buenos Aires. En aquella ciudad, tuvo cordial trato con Federico García Lorca, que había visitado la Argentina y especialmente invitado por él, asistió al estreno de Yerma, interpretado por Margarita Xirgú.
A su regreso de España, en 1936, se dedicó plenamente a su vocación de escritor, publicó varios libros, pronunció conferencias y escribió en diversos diarios y revistas. Trató a diversas personalidades de la época como Ramón J. Cárcano, a cuyas reuniones de amigos concurría. Entre sus amistades contó a Mariano Castex, Amado Alonso, Leónidas Barleta, Arturo Capdevila, César Tiempo, César Fernández Moreno, Enrique Amorín, Ricardo Levene, Julia Prilutzjky, León Benarós, Eduardo Mallea, Victoria Ocampo, Manuel Mujica Lainez y muchos otros. Asiduo concurrente a la peña del Café Tortoni, tuvo amistad con Quinquela Martín, cuyo taller frecuentaba y donde conoció a Juan de Dios Filiberto y otras figuras del arte.
Una amistad que valoraba particularmente, era el General Agustín P. Justo, a cuya célebre biblioteca en su casa de la calle Federico Lacroze, frecuentada por destacadas personalidades, tenía libre acceso. Eran momentos en que el ex Presidente era considerado el nuevo Primer Magistrado. Su imprevista muerte alteró el destino de Blanco Villalta.
En el salón literario de Elena Boneo -en Belgrano- del que era asiduo concurrente, entabló amistad con Enrique Larreta, Enrique de Gandia, Arturo Capdevila, Alvaro Melian Lafinur, etc.
Más tarde en 1946, integró la Comisión Nacional de Homenaje a las Delegaciones Extranjeras en oportunidad de la asunción del mando por el Presidente General Juan Domingo Perón.
Al ser creado el Servicio Exterior de la Nación, actuó en el Ceremonial del Estado, como Primer Secretario, Jefe de Enlace de la Cancillería con el Honorable Congreso de la Nación, Adscripto a la Dirección General de Política, Organizó las Divisiones Naciones Unidas y Organización de los Estados Americanos. Fue el primer Jefe de la División NU. Secretario General de las Delegaciones a la II y III Sesiones de la Asamblea General de las NU, Nueva York, 1947 y París, 1948. En la primera actuó en la Comisión IV, efectuó la reserva acerca de la soberanía argentina sobre las Islas Malvinas y el Atlántico Sur, que fue incluida en la documentación oficial de la Asamblea General. En la segunda, como Jefe de la División NU, tuvo a su cargo las tareas de la elaboración de las instrucciones a la Delegación, particularmente en el articulado de la Declaración de los Derechos Humanos. En París fue Secretario del Presidente del Consejo de Seguridad (el Canciller argentino) Dr. Juan A. Bramuglia. Profesor de Organismos Internacionales y de Francés en la Escuela de Diplomacia y en la Escuela de Política Internacional de la Cancillería, Consejero de 2ª Clase, Director del Departamento de Intercambio Intelectual. Adscripto a la Presidencia de la Nación, donde tuvo la responsabilidad de actuar como asesor en política internacional,. Consejero de la clase adscripto a la Subsecretaría de Relaciones Exteriores, Secretario Gral. Adjunto y Delegado a la X Conferencia Internacional Americana, Caracas, 1954. Ministro Plenipotenciario, Director del Departamento Europa Oriental y Cercano Oriente. Ascendido a Embajador con acuerdo del H. Senado. En 1955, el Gobierno de Facto dio término a sus funciones, a pesar de ser un profesional calificado como sobresaliente.
Al retorno del régimen constitucional en 1973, fue reincorporado al Servicio Exterior, designado Presidente de la Delegación Argentina en los actos conmemorativos del Cincuentenario de la República de Turquía. Primer Profesor de Ceremonial en el Instituto del Servicio Exterior de la Nación. Director del Departamento Asia y Oceanía. Formó parte del grupo de la Canciller1a que tuvo conversaciones con el equipo asesor del Secretario de Estado Henry Kissinger acerca de relaciones regionales y mundiales. Director General de Política a.i. hasta ser enviado a Turquía como Embajador, 1975. Obtuvo que una Escuela del Estado llevase el nombre de Argentina, así como a una avenida de Ankara.
Con motivo de la publicación de su biografía de Atatürk, en inglés, por la Academia Turca de Historia (1979) (la única editada por esa institución oficial), fue invitado por el Gobierno Turco, en calidad de huésped oficial y recibido por el almirante Fabri Koruturk, presidente de la Nación. En un acto solemne fue designado Miembro Honorario de la Academia Turca de Historia, fundada por Atatürk.
En 1980, la Unesco lo invitó a participar, como autoridad en la materia, de la Reunión Preparatoria del Coloquio Internacional acerca del centenario del nacimiento de Atatürk: se realizó en París el año siguiente.
En noviembre de 1981, asistió, invitado por la Bogazici University, siendo el único latinoamericano, al máximo acto en memoria de Atatürk en su Centenario, la "International Conference of Atatürk" realizada en Estambul. Le fue concedido el honor de hacer uso de la palabra en la sesión inaugural, donde leyó su tesis: "L´universalité de la pensée d´Atatürk", publicada luego por la Bogazici University, que le concedió una "Citation in recognition of his valuable contribution to the study on Atatürk´s principles". Al término de esta conferencia fue invitado por el Presiente de la República de Turquía, General Kenan Evren, como huésped oficial del Gobierno de Turquía.
En 1982, el Ministerio de Cultura publicó, en turco, la biografía de Atatürk, con un prólogo del Presiente de la República, General Kenan Evren. En ese año le fue otorgado el Doctorado Honoris Causa de la Universidad del Bósforo. Recibió asimismo la designación de Miembro Honorario de la Atatürk Kültür, Dil ve Tarih Kuramu, Consejo Supremo Atatürk para la Cultura, el Idioma y la Historia, dependiente del Primer Ministro. Esta institución lo invitó en 1995, a dictar varias conferencias en Ankara, acerca de la obra progresista de Atatürk.
El primer presidente de Turquía que visitó la Argentina en abril de 1995, Suleyman Demirel, dijo en el discurso oficial pronunciado en el banquete con que el Presidente Carlos S. Menem lo agasajó:
"La Argentina tiene tambien la peculiaridad de ser la patria del Embajador Jorge Blanco Villalta, que fue el primer autor extranjero en escribir una biografía del ilustre Atatúrk, fundador de la República.
Este eminente amigo de los turcos, que fue embajador de la Argentina en Ankara en los años setenta, tuvo en su juventud la suerte de conocer personalmente a Atatúrk y en su biografía, que redactó en 1939, dijo que "Atatúrk no pertenece solo a Turquía sino a la humanidad". Así fue como el Embajador Villalta trabajó para dar a conocer al pueblo argentino la lucha por la independencia del pueblo turco y su ilustre líder".
Ese año, invitado muy especialmente por el Gobierno Turco, pronunció conferencias en la Academia Turca de Historia y en el acto oficial central de la celebración del 75 aniversario de la fundación de la República. Estas conferencias fueron publicadas en inglés y turco.
Aparte de su ya mencionada biografía sobre Atatúrk, de la que ya se han hecho ocho ediciones en español, y varias en inglés, y en turco, se le deben obras de amplia difusión y reconocida jerarquía: El pueblo turco, Ed. El Ateneo, Bs. As. 1936; Cuadros de la Estambul actual, El Ateneo, Bs. As. 1937; Literatura turca (Humanidades), Universidad Nacional de La Plata, Separata, 1939; Literatura turca contemporánea , Ed. Claridad, Bs. As. 1940; Uno de los primeros cronistas del Río de la Plata, Francisco de Villalta, Universidad Nacional del Litoral, 1941; Conquista del Río de la Plata, Ed. Claridad, Bs. As. 1943 (Con veinticinco ilustraciones de Raúl Soldi). Este libro, una epopeya del nacimiento de nuestra Nación y un canto a la gloria de España, recibió críticas consagratorias. En 1948 fue invitado por el Instituto de Cultura Hispánica, para dictar conferencias acerca del tema del libro en la Universidad Central de Madrid, y fue recibido en audiencia especial por el Ministro de Relaciones Exteriores. Historia de la Conquista del Río de la Plata, Ed. Atlantida, Coleccíon Oro, Bs. As., 1946; Antropofagia ritual americana, Ed. Emecé, Bs. As.,1948; Naciones Unidas, dos tomos. Curso dictado en su calidad de Profesor titular de la Escuela de Política Internacional del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, Bs. As., 1950; Montoya, apóstol de los guaraníes, Ed. Kraft, Bs. As., 1954; La organización de la comunidad internacional, Ed. Nova, Bs. As., 1965; Los diplomáticos, en colaboración con Manuela de Blanco Villalta, Ed. Acleon, Bs. As., 1967; Litografías de Raúl Soldi para el libro Conquista del Río de la Plata de Blanco Villalta, Ed. Acleon (Talleres de Francisco A. Colombo), Bs. As., 1968; Ritos caníbales en América, Ed. Pardo, Bs. As., 1971; Arte y Literatura de los turcos, Museo Nacional de Arte Oriental, Buenos Aires, 1975; Mitos Tupí guaraníes, Ediciones Culturales Argentinas, Ministerio de Cultura y Educación, Bs. As., 1975; Arte y literatura de los turcos, Turk Tarih Kurumu, Ankara, 1979; Atatúrk en inglés, Turk Tarih Kurumu, Ankara, 1979; Atatürk n'appartient pas seulement a la Turquie mais á l'humanité, Revue Internationale d'Histoire Militaire, Nº 50, Ankara, 1981; Ceremonial en las Relaciones Públicas, Ed. Banco de la Nación Argentina, 1981; Conquista del Río de la Plata, (Ed. Conmemorativa) Enrique Rueda Editor, Bs. As., 1983; Atatúrk, (en turco), Kültür ve Turizm Bakaligi, con prólogo del General Kenan Evren, Presidente de la Republica de Turquía, Ankara, 1983; Ceremonial, Ediciones Argentinas, Bs. As.,1985. Fue presentado en el H. Congreso de la Nación y obtuvo amplia difusión, no solo en la Argentina sino también en los países latinoamericanos. La tercera edición, ampliada y actualizada, apareció en 1992 con un prólogo de S. E. el señor Embajador de Francia, Pierre Décamps. La cuarta, en 1996, con la presentación debida al Embajador Francisco José Figuerola, Presidente del Consejo Superior de Embajadores.
La edición conmemorativa de la edición príncipe de la Conquista del Río de la Plata, fue presentada por la Sociedad Argentina de Escritores en la Feria Internacional del Libro, en 1983, oportunidad en que el presentante, S. E. el señor Embajador de España, D. Manuel Alabart, exaltó la obra. La octava edición de Atatürk (en español), Bs. As., 1999, lleva el prólogo del Ministro de Relaciones Exteriores de Turquía, Sr. Ismail Cem.
Ha sido, durante años, colaborador literario de La Nación, de Buenos Aires, de El Mundo, El Hogar, Atlántida, Criterio, Vértice, de la Revista de las Indias, de Bogotá, y otros medios latinoamericanos.
El 12.VIII.1994, la Sociedad Argentina de Escritores (SADE) lo designó Miembro de Honor, en reconocimiento de la "valiosa obra realizada".
Es miembro del Consejo Asesor de la C. D. de la Asociación de Retirados del Servicio Exterior de la Nación.
Ha desarrollado una intensa labor en el incremento de las relaciones internacionales americanas, como miembro fundador y de las comisiones directivas de los institutos culturales binacionales: Argentino Mexicano, Colombiano, Venezolano, Ecuatoriano, Nicaragüense, Dominicano y Haitiano. Es miembro correspondiente del Ateneo de Ciencias y Arte de México y del Instituto Nacional Mariscal Ramón Castilla del Perú. Fue miembro del Primer Consejo Directivo del Instituto Nacional Sanmartiniano, en calidad de Secretario de Actas y por consiguiente, Académico de Historia Sanmartiniana. Fue asimismo, fundador, junto con otros historiadores, del Instituto Belgraniano.
Dedicó gran parte de su actividad intelectual a promover en la Argentina el conocimiento de las civilizaciones orientales. Fundó la primera institución en su género: el Instituto Argentino de Estudios Orientales, en 1941. Luego creó los Institutos Culturales Argentino Indonesio, Argentino Thailandés, y el Argentino Indio; logró que se impusiesen los nombres de estos países a Escuelas del Estado, y los de República de Indonesia y de la India a calles de Buenos Aires. Fue el primer Presidente de estos institutos. Luego participó en la creación y participó de las Comisiones Directivas de los Institutos Argentino Indio, Filipino, Pakistano y Coreano, así como de la Asociación Amigos del Museo de Arte Oriental, de la que fue fundador y Vicepresidente y en la actualidad Miembro de Honor, Miembro Honorario del Centro Interdisciplinario de Estudios de Asia y África de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires.
En 1940, siendo su padre Cónsul General en Atenas, promovió la creación del Instituto Cultural Argentino Heleno, que presidió el Dr. Eduardo Crespo, Blanco Villalta actuó como Secretario General. Con Amaranto Abeledo publicó "Grecia Inmortal", con la colaboración de las máximas figuras de la plástica y la literatura argentinas. Organizó en 1942 la Primera Exposición del Libro Griego, formando una Comisión que reunía a destacadas figuras de la cultura nacional. El Catálogo ilustrativo constituye una síntesis de los exaltados valores de la civilización helena. (Guillermo Kraft Ltda. Bs. As., 1943).
Durante su permanencia en Paris - como Secretario General de la Delegación a la Asamblea de la UN, 1948 - en varias oportunidades dialogó con Jean Paul Sartre, cuya obra admira.
Reconocido como un tratadista de ceremonial, del que ha definido una profunda filosofía y sistematizado sus distintos sectores de acción y actualizado en todos sus aspectos, fundó en 1985 el Instituto Argentino de Ceremonial, integrado por diplomáticos, jefes superiores de las Fuerzas Armadas y especialistas en la materia, con la finalidad de realizar estudios, efectuar ciclos de conferencias, cursos de distintos niveles, promover el conocimiento y la difusión de esta materia, vincularse con especialistas del exterior y realizar encuentros, seminarios, congresos, tanto en el orden nacional como en el internacional. Posee personalidad jurídica Nº 378/85. Registrado en calidad de Organización No Gubernamental de las Naciones Unidas, en 1988, inició una campaña de difusión de esta disciplina, poco desarrollada en la Argentina. Aceptó realizar un Curso acerca de esta materia en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales en la Universidad Católica Argentina a partir de 1988, particularmente exitoso.
Los ciclos de conferencias, realizados preferentemente en el Centro Naval y el Circulo Militar, a cargo de embajadores extranjeros y nacionales y de especialistas, han dado un alto prestigio a esta institución, así como la presidencia honoraria que ejerce S. E. R. el Nuncio Apostólico Mons. Ubaldo Calabresi, y la larga lista de Miembros Honorarios y Damas de Honor que enaltecen a esta Entidad. El Instituto cuenta ahora con un crecido número de profesores y ha dictado cursos en diversas Instituciones, como la Universidad Católica Argentina, el Circulo Militar, en las Provincias y ha sido invitado a países vecinos y España.
Participó, especialmente invitado, del Primer Simposio Iberoamericano de Ceremonial y Protocolo en las Relaciones Públicas, realizado en La Falda, Córdoba, en 1993, y del 6º Simposio Nacional (España) de Ceremonial y Protocolo, realizado en Alicante en noviembre del mismo año, así como en el Congreso Nacional Universitario de Relaciones Públicas del Uruguay, en marzo de 1994, en Montevideo, del que fue designado Miembro de Honor.
El instituto resolvió aceptar lo propuesto por su Presidente, Blanco Villalta, en el sentido de que el símbolo del ceremonial podía ser el águila bicéfala de los emperadores de Bizancio, donde se gestó el ceremonial occidental, y la cruz de Justiniano II, por la influencia del Cristianismo en las bases de éste. El Instituto publica, en su Colección del Águila Bicéfala, las conferencias pronunciadas en sus ciclos anuales.
En diciembre de 1989, por iniciativa de Blanco Villalta, el Instituto dispuso la creación de la Academia Argentina de Ceremonial. Esta Academia, la primera en su género, se dedica a estudios profundos en investigaciones acerca del tema de esta disciplina, tanto en el orden nacional como internacional. Ya posee personería jurídica.
El Instituto fue autorizado por el Instituto Nacional Sanmartiniano para agregar a su nombre las palabras "Gral. José de San Martín", dado que considera al Prócer como un ejemplo de la observancia plena del ceremonial. La Guarnición Militar "Buenos Aires", designó al Instituto Miembro de Honor de la misma, en 1993. Esa Guarnición Militar, conjuntamente con la Universidad Argentina John. F. Kennedy, creó en 1994 la Cátedra Libre de Ceremonial, la que conjuntamente con otras disciplinas tiene su sede en dicha Guarnición. Blanco Villalta fue designado Profesor Titular de la misma.
La Escuela de Caballería del Ejército Argentino le otorgó, el 22.XII.92, el diploma de Miembro Honorario de esa dependencia militar.
Por decisión de la Asamblea Gral. del 23.XI.1998, el Instituto lleva el nombre de su fundador.
Dictó cursos de ceremonial en Jujuy en 1988, invitado por la Gobernación, en el Chaco 1988-89, en Asunción del Paraguay en 1990.
Como Presidente Honorario asistió al Congreso Internacional de Rel. Públicas y Ceremonial realizado en Buenos Aires en 1996. Participó, en calidad de expositor, del IV Encuentro de Ceremonial en Belo Horizonte, Minas Geraes, en noviembre de 1996. Participó en el II Congreso internacional de Protocolo que se reunió en Sevilla, en junio de 1997 y como Presidente Honorario del Foro Hispanoamericano de Ceremonial y Relaciones Públicas, en Buenos Aire, en agosto de 1998.
Participó en el II Congreso internacional de Relaciones Públicas y Ceremonial. Bs. As., junio de 1997 y en el Iº Seminario de Relaciones Públicas, Ceremonial y Protocolo realizado en Tucumán en agosto de 1997 y en 1998 en calidad de Presidente Honorario.
Ha sido condecorado por Grecia con la Orden del Fénix, con el grado de Gran Comendador con Placa; por el Líbano con la Orden del Cedro, en el grado de Gran Oficial; por la República de Corea con la Gran Cruz al Mérito Diplomático y por las Fuerzas Armadas de Turquía con la "Hizmet Madalya", la más alta distinción militar, siendo el único civil que la posee. El 6 de julio de 1994 fue condecorado con las Palmas Sanmartinianas, presidido en ese momento, por el General D. Diego Alejandro Soria.
Viudo de la historiadora, escritora y poeta, doña Manuela Fernández Reyna, consejera de la Asociación de Damas Patricias, "Remedios de Escalada de San Martín", contrajo matrimonio con doña Cora Lía Contreras Achaval, Vicepresidenta 2ª de la misma Institución. Actuó en la Asociación de Señoras de Diplomáticos Argentinos del Ministerio de Relaciones Exteriores. El 13.XI.1987, S. E. R. el Nuncio Apostólico Mons. Ubaldo Calabresi consagró su casamiento en la Capilla de la Nunciatura, como una extrema deferencia.
Bajo la dirección de su padre conoció la técnica escultórica que fue perfeccionando en los países en los que vivió. Entre sus trabajos se destacó el bajorrelieve con la imagen del Sha de Irán Reza Pahlevi, en el año 1934, en ocasión de su visita a Estambul; fue elogiosamente comentado por la prensa y el Sha lo donó a la escuela persa en esa ciudad. Su especialización es el trabajo de imaginero, en el estilo virreinal; ha realizado numerosas imágenes de vírgenes en talla y revestidas. Una opinión es la de Ignacio Xurxo de "La Nación", diciembre de 1990. "Blanco Villalta es imaginero, tallas pequeñas y bellas figuras que confieren a su casa un clima beatífico".
Como deportista, estudió esgrima con el maestro Italo Santelli, creador de la escuela húngara de sable, en Budapest. Luego, en la Argentina, estudió florete con el maestro Cándido Sassone. En sólo seis meses ascendió a primera categoría, fue capitán del equipo del Club de Gimnasia y Esgrima e integrante del que se clasificó Campeón Nacional de 1ª Categoría. Fue alumno del maestro de karate Monje Michijisa Itaya de la Universidad de Kumasawa y Presidente de la Federación Argentina de Deportes. Fue distinguido por la Nipon Karate Kiokay de Tokio con el Tercer Cinturón negro (Tokio, 1974). Fue primer Presidente de la Federación Argentina de Karate, dentro de la Confederación Argentina de Deportes (1974).