miércoles, 17 de agosto de 2011

161º Aniversario del paso a la inmortalidad del General D. José Francisco de San Martín


Fundador de la Libertad del Perú, Fundador de la República, Protector del Perú y Generalísimo de las Armas (ad honorem)


Himno al General San Martín

Yerga el Ande su cumbre más alta,
dé la mar el metal de su voz
y entre cielos y nieves eternas
se alza el trono del Libertador

Suenen claras trompetas de gloria
y levanten un himno triunfal,
que la luz de la historia
agiganta la figura del Gran Capitán.

De las tierras del Plata a Mendoza,
de Santiago a la Lima gentil
fue sembrando en la ruta laureles
a su paso triunfal, San Martín.

San Martín, el señor de la guerra,
por secreto designio de Dios,
grande fue cuando el sol lo alumbraba
y más grande en la puesta del sol.

¡Padre augusto del pueblo argentino,
héroe magno de la libertad!
A tu sombra la patria se agranda
en virtud, en trabajo y en paz.

¡San Martín! ¡San Martín! Que tu nombre
honra y prez de los pueblos del sur
aseguren por siempre los rumbos
de la patria que alumbra tu luz.

(Música: Arturo Luzzatti - Letra: Segundo M. Argarañáz)





sábado, 6 de agosto de 2011

Cuando saludar puede salvar una vida

Justamente ayer, un amigo me envió una historia sobre el valor del saludo. He querido en esta ocasión compartirla con usted lector, porque considero que estas pequeñas acciones cotidianas nos ayudan a lograr una convivencia feliz.

“Un señor trabajaba en una planta empacadora de carne en Noruega.  Un día terminando su horario de trabajo, fue a uno de los refrigeradores para inspeccionar algo; se cerró la puerta con el seguro y se quedó atrapado dentro del refrigerador.  Golpeó fuertemente la puerta y empezó a gritar, pero nadie lo escuchaba.  La mayoría de los trabajadores se habían ido a sus casas, y era casi imposible escucharlo por el grosor que tenía esa puerta. 
Llevaba cinco horas en el refrigerador al borde de la muerte. 
De repente se abrió la puerta.  El guardia de seguridad entro y lo rescató. 
Después de esto, le preguntaron al guardia a ¿por qué se le ocurrió abrir esa puerta sino es parte de su rutina de trabajo?  
Él explicó: “llevo trabajando en esta empresa 35 años; cientos de trabajadores entran a la planta cada día.  Este señor es el único que me saluda en la mañana y se despide de mí en las tardes. El resto de los trabajadores me tratan como si fuera invisible.  Hoy me dijo  " hola "  a la entrada, pero nunca escuché  “hasta mañana”.
Yo espero por ese  hola,  buenos días,  y ese  hasta mañana cada día.
Sabiendo que todavía no se había despedido de mi,  pensé “debe estar en algún lugar del edificio”, por lo que lo busqué y lo encontré". 

El saludo en toda circunstancia y momento de nuestras vidas, transmite un mensaje adicional: eres una persona importante para mí y estoy feliz de verte.  

Considero que la historia invita a la reflexión y al auto examen, razón por la cual no hacen falta más palabras de mi parte. Me despido cordialmente hasta el próximo encuentro, muchas gracias.

por Edith Pardo San Martín

lunes, 1 de agosto de 2011

La colocación de banderas, un eterno conflicto

El Centro Galicia de Buenos Aires, ha inaugurado el día 30 de julio el Pabellón Polideportivo del Campo Galicia.

El acto tuvo lugar en el predio ubicado en el partido de Vicente López, provincia de Buenos Aires y contó con la presencia del Intendente, señor Enrique García.

A continuación, deseo compartir con los colegas dos fotografías que me llamaron la atención y que, estoy segura, despertarán comentarios. En las mismas se observa la colocación de banderas, personalmente considero que el criterio utilizado ha sido erróneo. 

En primer lugar porque la inauguración ha sido en Argentina, todos sabemos que la Bandera Nacional nunca cede la derecha. Por otra parte, la bandera que cierra el conjunto es de la provincia de Galicia y por consiguiente, se debería haber colocado la de la provincia de Buenos Aires. Finalmente, las banderas, como es sabido, se colocan a la derecha protocolar que corresponde a la izquierda del público.

Los invito a participar con sus comentarios.



Esp. Edith Pardo San Martín