lunes, 27 de septiembre de 2010

Protocolo, Ceremonial y Etiqueta en un programa radiofónico argentino

Hace un tiempo un excelente comunicador social me invitó a participar en su programa radial que él conduce diariamente de cuatro a ocho de la tarde.

Pude así concretar un pequeño sueño sin imaginar entonces la repercusión que tendría una intervención semanal mía. El tema central de mi segmento es el Protocolo, el Ceremonial y la Etiqueta o utilizando una terminología universal el Protocolo, el Ceremonial y las normas del saber estar.
El Licenciado Francisco Lindström es quien lleva adelante su CLUB88 desde Pilar, que se encuentra a unos sesenta kilómetros de Buenos Aires. La ciudad tiene su historia que comienza en 1738. Para nosotros los argentinos, el setecientos no es bien lejano. Pilar tiene sus tradiciones, sus edificios y una gente encantadora que con su trabajo exigente camina con ideales grandes. En Pilar varias universidades han instalado sus campus y allí también hay industrias y laboratorios. Es conocida además por la gran cantidad de «countries» en grandes parques- que congregan a numerosas familias y se suman a sus trescientos mil habitantes.
CLUB88 se ha propuesto hacer programas con contenido. La música es quizá el pretexto para llegar a un público masivo. Hay entrevistas agudas, intervenciones de los oyentes, entretenimientos y noticias que se escuchan en los hogares en las horas de la tarde. Es cuando los niños llegan de los colegios con sus «mochis» y se aprestan a tomar la merienda. Más adelante se unen quienes han ido a trabajar. Son esos momentos deliciosos de la vida en familia que transcurren mientras se emite el programa radial.
En CLUB88 me he encontrado con un público ávido por conocer más o por recordar los grandes temas de nuestras disciplinas. Me llegan preguntas por teléfono, por correo electrónico y por todos los medios actuales de comunicación. Son inquietudes amables que permiten desmitificar o clarificar ideas. Sé bien que todo aquello que se aprendió en la cuna, dura. Por eso no me sorprenden algunas intervenciones y las intento encauzar. Son quizá tradiciones encantadoras que no pueden ser calificadas como un «quemo» o un «requemo» en nuestro decir coloquial. En otras palabras, todo aquello que nos desluce o quita distinción.
¿Qué dice el protocolo acerca del saludo a una señora?. Esta pregunta fue el comienzo de una explicación sencilla. Recordé en primer lugar una anécdota que vino a mi memoria. Se trataba de un examen universitario y un alumno se había presentado con el uniforme de la Marina en la cual se desempeñaba. El profesor al verlo le preguntó acerca de un tema no sin antes expresar que deseaba que la Marina dijera algo sobre el mismo. El candidato, ni corto ni perezoso, respondió con sinceridad que la Marina se retiraba porque no sabía lo que se le había preguntado. Es lo que sucede también con el Protocolo. Ante un tema del saber estar no puede decir algo acerca de lo que no es de su competencia.
Días hay en los cuales las preguntas son diversas. Está la madre de familia que consulta sobre la posibilidad de recibir invitados en su casa sin contar con la ayuda de una empleada del hogar. También los novios próximos a casarse que dudan sobre la ubicación de los invitados en las mesas. También la simpática intervención de una asistente que necesita colocar las banderas de la Nación, la de la provincia de Buenos Aires y la del Uruguay porque llegarán empresarios para la firma de un convenio.
Una vez me tacharon de «machista». No me inmuté. Nací en una familia de padre y madre profesionales y aprendí de niño una igualdad que no discrimina ni ataca. Para pasar por alto la intervención conté entonces un chiste. Se trataba del diálogo entre dos esposos. «Querida, mañana es nuestro aniversario. ¿Qué podemos hacer?». Respuesta: «Un minuto de silencio».
Así voy respondiendo y pasamos todos momentos muy agradables. ¿Por qué se soplan las velas de una torta de cumpleaños ? ¿Por qué los hombres de religión judía se cubren siempre la cabeza? Cuando servimos spaghetti ¿se coloca una cuchara junto al plato? Si un grupo de padres han conseguido gratuitamente unos salones de un hotel para una cena benéfica, ¿deben ellos invitar al gerente general para que los acompañe en la línea de recepción? ¿Qué diferencia existe entre una fuente y una bandeja? ¿Cómo se ubica en un escenario a las autoridades que asistirán a una ceremonia académica? ¿Por qué se utilizan las flores de azahar en los ramos de novia? ¿Se pueden comprar los títulos nobiliarios? ¿Cómo se entrega una tarjeta profesional? ¿Cómo se ubican tres personas en un automóvil?
Así, entre sonrisas y llamadas telefónicas pasa mi programa de los miércoles. Me ha servido para recordar que la fidelidad en el amor es la felicidad y que ese es el motivo por el cual recordamos los aniversarios de bodas, que los años para el amor no pasan, que al brindar deseamos un bien, que las precedencias no son un capricho sino que es dar a cada uno lo que le corresponde que no es igual a dar a todos lo mismo.
Este es mi programa de CLUB88, que conduce el Lic. Francisco Lindström. Las respuestas pueden agradar o no. Por eso, de vez en vez digo a los oyentes que no olviden el viejo refrán: «Todo es como las lentejas, si las quieres bien y si no las dejas».

Autor: Esp. Roberto Sebastián Cava
Fuente: http://www.elheraldo.com.ar/ver_noticias.php?id_nota=47855

jueves, 23 de septiembre de 2010

El Profesional de Protocolo y Ceremonial en la Organización de Eventos


Este artículo nos permite conocer cuáles son las reales actividades y acciones que lleva a cabo un Profesional del Protocolo y Ceremonial en el contexto de la Organización de un Evento, desde la comprensión de la imagen que se desea transmitir hasta lograr que los asistentes al mismo no sean meros espectadores sino que se integren como auténticos actores

En la última década se ha visto incrementado el interés empresarial en promover la superación de objetivos, motivar al personal, formar equipos con sentido de pertenencia, hacer anuncios y reconocer trayectorias, agasajar, conmemorar aniversarios o dar a conocer nuevos servicios o productos de manera no tradicional.
 
Estas necesidades han encontrado su respuesta en el desarrollo de los eventos corporativos.

En este sentido, una audiencia cautiva permite transmitir una idea, trabajar en el desarrollo de equipos, motivar, y por sobre todo, generar un vínculo personal y directo mediante un canal exclusivo de comunicación institucional.

Las personas que trabajen en la Organización de Eventos deberán ser profesionales de la comunicación especializados en distintas áreas, puesto que ellos crean, organizan y producen entre otros: congresos, exposiciones, ferias o festivales, lo cual constituye un campo enpleno desarrollo.

Ellas deberán poseer diversas competencias que posibiliten la planificación, gestión y programación de un evento, logrando una adecuada estrategia de comunicación empresarial desde su concepción hasta su evaluación pasando por el diseño, la ejecución, la gestión económica y la logística.

Esto implica dominar todos los aspectos relativos a la organización de un evento, con capacidad de liderazgo, respeto por la diversidad, flexibilidad en la negociación, amplitud de criterio, habilidad para la coordinación, dinamismo y sutileza en la comunicación, inteligencia para la elección de recursos y medios y talento para la singularización de productos.
 
Específicamente, la habilidad para la coordinación y la flexibilidad en la negociación, como competencias mencionadas anteriormente, sumadas al conocimiento del Protocolo y el Ceremonial, resultan imprescindibles a la hora de constituir un equipo exitoso.

El Profesional del Protocolo y Ceremonial en la Organización de Eventos Corporativos

Estos profesionales están capacitados para asesorar en todos los aspectos relacionados con la organización de todo tipo de reuniones. Por ejemplo, su consejo es muy apreciado en el montaje de las ceremonias de apertura y clausura de un congreso. En este tipo de actos, generalmente, se invita a personalidades del Estado o de otros ámbitos que realzan y prestigian con su presencia al evento en sí mismo, por lo que es preciso conocer (en el caso de Funcionarios) el Orden de Precedencias Nacional para ubicarlos en el lugar que les corresponde por su jerarquía.

De igual manera, asesora entre otros tópicos, en la colocación correcta y adecuada de los símbolos nacionales, provinciales y corporativos.

Un Profesional del Protocolo y Ceremonial (PyC) está acostumbrado a planificar acciones en función de todas las personas que compartirán un evento especial.

Por su formación, se encuentra en óptimas condiciones para respetar las jerarquías y precedencias, tanto de los anfitriones del evento así como el de los invitados, previniendo posibles conflictos y solucionando sobre la marcha, y con gran solvencia, las situaciones difíciles que a menudo se presentan cuando muchas personalidades con poder o prestigio convergen a una misma hora y en un espacio reducido.

Por otra parte, un Profesional de PyC reconocido en su medio, está relacionado con todos los otros profesionales de Protocolo, entre otros, del mundo oficial, diplomático y empresarial nacional e internacional.

Esto facilita una relación fluida y constante en el caso de Visitas Oficiales, como también el tratamiento que se debe dispensar a Funcionarios, Embajadores, Presidentes o CEO´s de otras empresas, al mismo tiempo de contar con la posibilidad de acceder a sus agendas de antemano, chequeando con sus colegas la asistencia y participación de estas personalidades que prestigiarán el evento.

La premisa básica de un Profesional de PyC es: trabajo en equipo.

Este equipo, bajo su dirección: planifica, organiza, cronometra, prevé contingencias, las soluciona aún sobre la marcha y en general, asegura el éxito del evento y la obtención de los objetivos deseados.

Quizás, la importancia de muchas de estas actividades no resulte evidente a quienes no estén familiarizados con este tipo de trabajo. Sin embargo, ellas pueden constituir la diferencia entre el éxito y el fracaso de una organización en especial.

Por ejemplo, el cronometrado de actividades resulta de vital importancia en la inauguración de una planta industrial. Esto implica: realizar un proyecto general previo en el que se tomarán notas de quiénes llegarán al lugar, cuándo, cómo y por quiénes serán recibidos. Luego la planificación del recorrido de la planta en sí, tomando medidas, tiempos y distancias, a la vez de establecer diferentes escenarios que contemplen potenciales contingencias. 
 
Finalmente, efectuar un ensayo para verificar que lo proyectado en teoría sea factible de cumplir en la práctica. Esta acción permitirá realizar el programa definitivo del acto en sí, habiendo incorporado por ejemplo, el corte simbólico de cintas, colocación de placas conmemorativas, etc.… ¡hasta la finalización del mismo! Toda una hazaña que deberá ser realizada con un cronómetro verdadero en la mano.

Para finalizar, y a modo de síntesis, se cita a continuación la definición del Dr. Felio Vilarrubias Solanes, prestigioso catedrático español Director Honorario de los Postgrados de Protocolo y ceremonial de la Universidad de Oviedo del Principado de Asturias: “Protocolo es el conjunto de Normas legales, protocolarizadas en documento oficial solemne, que recogiendo costumbres y tradiciones de uso inveterado, en un determinado territorio o aceptadas como un instrumento para regular las relaciones internacionales, disponen –en los actos oficiales- la ordenación y fijan las precedencias de Autoridades, de los Símbolos, Distinciones y Honores que configuran una imagen plástica de Poder”.




domingo, 19 de septiembre de 2010

MITOS Y REALIDADES DEL USO DE LA SERVILLETA


¿Se ha preguntado usted, amigo lector, cuál es el origen de la servilleta?
Le invito a realizar un viaje al siglo XV para conocer una de las grandes preocupaciones de un visionario: Leonardo da Vinci. He aquí el nacimiento de la servilleta.
Durante la temporada en que fue Maestro de Banquetes en la Corte de Sforza, Leonardo da Vinci, mostró gran preocupación por la suciedad que los manteles mostraban luego de las comidas ofrecidas en el palacio.
Era costumbre en casa del Señor Ludovico, de amarrar conejos adornados con cintas a las sillas de los convidados a su mesa, de manera que pudieran limpiarse las manos impregnadas de grasa sobre los lomos de los pobres animalitos.
Esta costumbre, así como la que tenía el Señor de limpiar su cuchillo en los faldones de sus vecinos de mesa, no era del gusto de Leonardo que se preguntaba ¿por qué no puede, como las demás personas de su corte, limpiarlo en el mantel dispuesto con este propósito?
Pero al inspeccionar los manteles, luego que los comensales abandonaban la sala de banquetes, hallose contemplando una escena de tan completo desorden y depravación, más parecida a los despojos de un campo de batalla que a ninguna otra cosa y consideró que su labor prioritaria, antes que pintar cualquier caballo o retablo, era la de dar con una solución.
Dio con la solución, proporcionando a cada comensal su propio paño que, después de ser ensuciado por sus manos y cuchillo, podría plegar para de esta manera no profanar la apariencia de la mesa con su suciedad.
Así lo hizo, una noche presentó la mesa con lienzos individuales colocados frente a cada comensal, con diferentes diseños de doblado, algunos tenían formas de pájaros, flores y palacios que él mismo había creado. Sin embargo, para gran desilusión del maestro, ningún invitado supo cómo usarlos...
Pietro Alemanni, embajador florentino en Milán relata lo sucedido en aquella velada: “Algunos se dispusieron a sentarse sobre él. Otros se sirvieron de él para sonarse las narices. Otros se lo arrojaban como un juego. Otros aun envolvían en él las viandas que ocultaban en sus bolsillos y faltriqueras. Y cuando hubo acabado la comida, y el mantel principal quedo sucio como en ocasiones anteriores, el maestro Leonardo me confío su desesperanza de que su invención lograra establecerse".
Luego de este relato, podríamos suponer que Leonardo da Vinci incurrió en un error de comunicación, pues si le hubiese informado a “su señor” cuál era la finalidad de ese trozo de tela y cómo usarlo se habría ahorrado la mencionada decepción.

Regresando al siglo XXI
La servilleta, vocablo proveniente del francés serviette , tiene una finalidad muy concreta, ya sea que se la coloque en una mesa formal o informal, no es un elemento de decoración más.
Además de utilizarla en la mesa, también conviene acompañar una copa de vino o espumante, un cocktail o cualquier otro tipo de bebidas hasta una taza de té o café o un simple vaso con agua con una servilleta adecuada en textura y tamaño.
Generalmente, las servilletas forman parte del juego de mantelería, es decir, son del mismo color y tejido que el mantel o los individuales que se colocan en cada ocasión. Pero atención, siempre deben ser de telas absorbentes sin “perder pelusa”, ya que ésta quedará indudablemente adherida a las prendas de los comensales.
Si disponemos de individuales sin servilletas que los acompañen, entonces, lo conveniente es elegirlas de color neutro que combinen con el arreglo general de la mesa, pero nunca suplantarlas por las de papel.
Este tipo de servilletas son ideales para reuniones numerosas, recordemos que si invitamos a nuestra casa a un reducido número de amigos siempre colocaremos servilletas de tela.
En el caso de las servilletas de papel, es ideal optar por unas de buena calidad. En el mercado, las podemos encontrar con múltiples diseños y sin dudas hallaremos el adecuado para el tipo de reunión que estamos organizando. Recuerde no utilizar las servilletas promocionales de papel que proveen las empresas de catering, esas envíelas al cajón del olvido.
Cuando asistimos a una comida, en una casa de familia, el anfitrión o anfitriona es quien primero toma la servilleta siendo ésta es la señal para que los demás comensales hagamos lo mismo.
En un restaurante o cuando concurrimos a una fiesta, lo primero que haremos al sentarnos a la mesa, es tomar la servilleta y colocarla sobre nuestra falda sin desplegarla completamente. Está totalmente prohibido usarla como babero.
Durante el transcurso de la comida, la servilleta no se usa para otro fin que no sea para limpiar la boca antes y después de beber o para quitar un pequeño resto de comida de los labios.
Si se le cayera al suelo, no la levante. ¿Qué hacer entonces? Solicitarle, discretamente, al camarero que le proporcione una servilleta limpia.
Existen diferentes tipos de medidas de servilletas, por ejemplo: las de cocktail suelen ser de 12 x 22 cm; las de té de 25 x 25 cm; las de desayuno de 30 x 30 cm y éstas pueden ser reemplazadas por las del almuerzo que son de 40 x 40 ó 50 x 50 cm.
Las servilletas deben ser todas iguales. No resulta elegante colocar en los sitios que ocuparán las señoras, una pequeña servilleta colorada para que no se note el lápiz labial al limpiarse la boca. En la actualidad, existen excelentes productos de limpieza capaces de quitar hasta la mancha de rouge más rebelde.
No existe ninguna regla escrita que nos indique cuál es el lugar que la servilleta ocupa en el armado de la mesa. Por tal razón, es aceptable colocarla –siempre doblada en cuatro o en forma de triángulo- sobre el plato, a la izquierda de éste junto a los tenedores o bien a la derecha del comensal. Si la servilleta tuviera un monograma o bordado, lo ideal será que el doblado de la misma permita lucirlo.
Jamás deberán ser introducidas dentro de las copas ni realizarles artísticos dobleces, pues la servilleta debe ser manipulada únicamente por quien va a utilizarla. Los dobleces de “fantasía”, implican que quien los realizó haya tenido que manipularlas hasta lograr la figura final afectando la higiene y pulcritud debidas.
Los servilleteros se usan exclusivamente en nuestra casa, una vez que nos sentamos a la mesa quitamos el aro que sujeta la servilleta y lo dejamos a nuestra derecha durante toda la comida sin jugar con él. Nunca deberán ser integrados al arreglo de las mesas formales o de restaurantes.
Si por cualquier circunstancia debiéramos levantarnos de la mesa, dejaremos la servilleta ligeramente plegada a la derecha del plato. Por ningún motivo, debe ser depositada sobre la silla, pues como dijimos anteriormente el uso correcto de la servilleta es para limpiar los labios y no para reservarnos la silla, puesto que la silla ha sido diseñada únicamente para depositar una parte de nuestro cuerpo…
Al finalizar la comida, la servilleta no se pliega como la encontramos al comienzo, sino que se deja de manera natural a nuestra izquierda pero sin hacerla un bollo. Si hemos tomado algún alimento o bebida que la han manchado en exceso, cuidaremos de no dejar la mancha a la vista.
En la historia, otros usos se le han dado a la servilleta. Pablo Picasso solía dibujar en ellas durante las comidas. Se ha dicho también que Federico García Lorca utilizó una servilleta para dedicar un texto escrito en gallego a Betanzos.
A diferencia del gran Leonardo, no existe prueba fehaciente del misterioso poema del autor granadino.

por Edith Pardo San Martín
(www.edithpardosanmartin.com)

miércoles, 8 de septiembre de 2010

SALUDOS INTERCULTURALES


Año nuevo judío.

La primera estrella del día 8 de septiembre, marcará el inicio de las celebraciones del nuevo año, 5771. Esta festividad se extenderá por dos días, entre el 9 y el 10 de septiembre (primero y segundo día de tishrei, un mes en el calendario hebreo).

El shofár se toca durante la plegaria matutina. El sonido de este cuerno, casi siempre de carnero, llama a los judíos a la meditación, al autoanálisis y al arrepentimiento. Es el primero de los días de arrepentimiento e introspección, de balance de los actos y de las acciones realizadas, de plegaria y sensibilidad especiales (Aseret Yemei Teshuva) que terminan con el Yom Kippur (Día del Perdón).

En Rosh HaShaná (en hebreo: ראש השנה transliterado ro’sh ha-shānāh, "cabeza del año"), es costumbre saludar con expresando "Shaná Tová", que es el saludo más simple y oportuno y significa "Buen año".

Si se desea, se puede agregar "meborejet", lo que quiere decir "y de bendición".