Por Guillem Recolons
A menudo tendemos a minimizar el mérito de aquellos que llevan 5, 15
o 30 años trabajando por una idea o proyecto. Pensamos que en su día lo
tuvieron fácil, que no tuvieron competencia. Falso.
Muchas de las personas que emprenden un proceso de branding personal
tienen en mente trabajar el tema durante un mes o dos como máximo. Y después, …
Milagro! ya esperan ser los reyes del mambo. Falso.
Otros entienden que el proceso inicial puede durar 3 o 4 meses pero que
después es cuestión de dedicarle 10 minutos al mes. Falso.
Lo único verdadero es que, salvo herencias y loterías, quien quiera salir
adelante se lo tiene que currar. Con el branding personal pasa lo mismo. Es
un proceso que no se detiene, es continuo. Cualquier bajada de guardia
puede suponer tener que volver a empezar. Nos guste o no, necesitamos las
rutinas; lo sé, muchas personas las odian. Pero son indispensables.
Cuando le planteo a un amigo o cliente la posibilidad de tener su propio
blog para apoyar la transmisión de su mensaje, a menudo oigo la expresión “no
tengo tiempo“. ¿No? ¿No tienes tiempo de invertir en ti? ¿Hay algo más
importante?
Planteo algunas ideas que nos pueden ayudar a mantener o mejorar la
percepción que los demás tienen sobre nosotros, nuestra marca:
- Empieza por el principio, por conocerte mejor, por saber en qué eres bueno, por conocer tu reputación. Eso es un trabajo de autoconocimiento. Lo puedes hacer con un coach o lo puedes hacer por libre, pero es un trabajo que te llevará algunas semanas. Tendrás que esforzarte en preguntar a los demás cómo te ven, solo así sabrás qué marca dejas. Es una investigación personal que merece la pena llevar a cabo.
- Dedica otras 3 o 4 semanas a construir un destino (si no lo tienes ya) a largo plazo, un sueño, una visión. Inspírate leyendo a clásicos y a personas que cumplieron su sueño. Cuando lo tengas, crea tu hoja de ruta, tu estrategia para llegar a ese destino. No olvides ayudarte de la intuición y de la creatividad, pero sobre todo, hay un trabajo de muchas horas y días.. Se trata de analizar quién quieres ser.
- Llegados a este punto, comunícalo, descubre cómo puedes trasladar tu mensaje a los públicos que hayas elegido. Y no olvides que la red no lo es todo. Compartir un café con un conocido puede dar más frutos que 300 RT (retweets). Aprende a combinar el mundo de los átomos con el mundo de los bits, y vigila constantemente tu reputación.
- Y lo más importante, mantén la guardia alta. Actualiza tu hoja de ruta, ponte al día con la literatura de tu sector, pon en crisis tu modelo si ves que no los frutos esperados, pero lo más importante: INSISTE, INSISTE, INSISTE.